Dulce tortura

Capitulo 1

No sé cómo, ni cuando entro a mi vida, solo sé que en menos de lo que pensé el ya lo era todo para mí, si me enamoré, y ese fue mi error, enamorarme de él. Como toda historia, que siempre acabara mal.

Nos conocimos en el colegio nos enamoramos y luego decidimos andar como una pareja de esos cuentos de final feliz, al principio fue hermoso, literalmente como se ensueño, pero luego fue una triste tortura, como si caminaras directo al abismo y entre mas cerca, vas mucho mas rápido y caes en la dura realidad, en nuestra relación no faltaron las peleas y los gritos, aquellas noches en las que me las pasaba llorando y el también.

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Era algo muy difícil de entender, porque yo lo amaba demasiado, aunque para ser mas honestos aun lo amo demasiado, ya que por más que quiera olvidarlo, el siempre formara una parte de mí, se muy bien que también fue algo dañino psicológica-mente, como era posible amar a alguien que te puede insultar y dañar  y a la misma vez amar, si eh de estar muy mal como para soportarlo por tanto tiempo, yo era la única que sufría mientras él se divertía y a los ojos de los demás yo era la mala de la película, estaba harta y así un día se lo dije.

Lo cite al lugar donde siempre nos veíamos, claro que la noche anterior habíamos peleado ya no recuerdo porque tontería fue esa vez, pero esa ves le deje un mensaje en la noche –“te veo mñn donde siempre a las 11am bye”- 

A la mañana siguiente, me levante con varios de mis emociones batallando entre si, era una guerra campal, pero a pesar de no querer poner un pie fuera de la cama, me decidi a hacerlo, vamos esto no puede ser lo peor del mundo ¿Verdad? Hacía calor, genial el sol no ayuda, entre a darme un baño, no tenía prisa así que me tome mi tiempo, salí de la ducha, me cambie, me puse unos shorts, unas zapatillas y una camiseta algo simple pero muy bonito, bueno ese era mi estilo 

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fui a la cocina y me prepare un café, santo olor, no puedo evitar sentir beber un poco de esperanza y paz con cada sorbo, cuando mire el reloj ya solo faltaban 10 minutos para las 11 de la mañana, así que tome mi café, mas rápido de lo que me hubiera gustado y tome mi cartera, puse mi celular adentro con mis llaves y salí de mi casa para dirigirme a aquel lugar, mientras llegaba a aquel hermoso parque, pude verlo a lo lejos sentado esperándome, en lo que me acercaba, el me miro, se levantó y se dirigió hacia mí, quiso abrazarme pero lo detuve, me miro y me pregunto -¿Qué tienes?- lo voltee a ver y le respondí que nada, luego dirigí mi mirada a la banca y me diriji a esta para sentarme, él se sentó a mi lado y me dijo –Si es por lo de ayer me disculpo pero ya no estés así- voltee a verlo al instante, pero devolví mirada a mis pies, mientras los movía, dije -No se trata de eso – hubo un largo silencio, si, ese silencio incómodo, al que todos tememos.


Entonces de que se trata. – me miro sorprendido

-Pues de esto… de lo nuestro.

-No entiendo ¿Qué pasa con lo nuestro? – pude notar su desesperación en sus palabras, y también pude sentir algo de miedo por saber la respuesta.

-Pues no es normal, no esta bien, siempre nos la pasamos peleando y estamos cada vez peor.-mis ojos se comenzaron a llenar de lágrimas, sentía un dolor punzante en el corazón, no podía ni siquiera mirarlo a los ojos, clave mi mirada a mis pies, como si tratara de encontrar consuelo.

-Pero siempre peleamos y al final siempre terminamos reconciliándonos o  ¿no?- su voz era temblorosa.

- Si siempre lo hacemos… pero.- las palabras se me trababan, me resultaba difícil acabar la oración.

- Pero que, siempre lo arreglamos, mira, si eso es lo que te pone mal, yo te prometo que no seguirá pasando, ya no más peleas te lo prometo. Pero por favor amor, no termines conmigo, sabes que sin ti  no soy nada, te amo y eso es lo que importa.- lo decía tan desesperado, casi al punto de hacerme sentir culpable por pensar en terminar con el. o es que acaso el sabía lo que pasaría, al final eso termino asustándome.

-Yo... yo también te amo, pero.- era difícil terminar una frase, quede sorprendida cuando dijo que no termine con él, joder la culpa comenzó a invadirme.

-Pero nada, amor por favor no hagas esto.- se levantó y se coloco enfrente mío, se agacho y puso sus manos en mi rostro haciendo que lo viera a los ojos, como puedo hacer esto, si el me mira de esa manera. –Te amo. Te prometo que esto va a cambiar- su mirada tan profunda me revolcó hasta el alma, talvez tenia razón.

Lo mire y comenzó a lagrimear, por impulso lo abrase, y el correspondió mi abrazo, el me abrazaba muy fuerte, como si atravez de el tratara de evitar que escapara. Estuvimos así un largo rato, luego sin soltarnos me beso, uno  de aquellos besos tan tiernos y dulces que no quieres que acaben, después de eso mientras me rodeaba con su brazos, fuimos a comprar unos helados, cuando los terminamos nos pusimos a jugar como siempre, nos echamos un rato en el césped, el al lado mío mientras yo miraba el cielo, estaba tan bello, él se la pasaba mirándome era chistoso pero a la vez tierno, le di un tierno beso en la mejilla y el me lo devolvió, así terminamos pasando un día juntos como antes, como al comienzo.


Capitulo 2

Se hacía tarde y tenía que regresar a casa. El se ofreció a llevarme hasta mi casa, al llegar, se despidió de mí y se fue, cuando entre a casa me dirigí directo a mi cuarto, me acosté en mi cama y no pude evitar pensar en el, claro como siempre hacia, al rato de unos minutos suena el timbre y me obliga a salir de mis pensamientos, salgo a ver quién era y que más era de esperarse, mi mejor amiga Ana. Salí abrí la puerta y la hice pasar, estaba un poco alterada y triste, mi hipótesis, seguro se volvió a pelear con Alex su novio.

-¿Qué tienes?- pregunte

-Ya sabes lo de siempre, pero.- estaba muy pensativa, eso no era algo normal en ella.

-Pero que.

-Estoy pensando en terminar de una vez con el.-acaso lo estaba diciendo en serio, me quede sorprendida, prácticamente en muda.

En mi intento de contestar, sonó el timbre, me asomo a la puerta y miro por la mirilla, era Alex, giro mi mirada hacia Ana, como si nos hubiera escuchado, me recorre el miedo por todo el cuerpo. Mis ojos demostraban asombro y miedo a la vez, note como Ana se percato de ello al instante, y se acercó a la puerta, dio un gran suspiro, abrió la puerta y salió.

Pude notar la seriedad en su forma de hablar con Alex, si señores, no pude evitar escuchar su conversación, mi curiosidad e intriga son demasiados, me senté en el sillón que estaba junto al lado de la ventana, era tanto mi asombro que no me animaba a observarlos, solo los escuchaba, recuerdo con claridad los gritos y el llanto de Alex, después de un rato se abre la puerta y entra Ana, dirige su mirada a donde me encontraba, se sienta a mi lado, hecha un suspiro y empieza a reírse pero mezclada con tristeza, lo único que pude hacer fue abrazarla para que no sienta sola.


Nos quedamos así por un largo rato, creo que nuestro abrazo fue necesario para ambas, era un ambiente de total tristeza junto con algo de alivio. Para nuestra suerte, llega mi hermano, como siempre a molestarnos, aunque admito que fue la primera vez en que daría todo porque nos molestara un largo rato, de algo debería servir ahora.

Y así fue, gracias a mi hermano pasamos de estar tristes y melancólicas a reír como si no hubiera un mañana, empezamos a molestarnos entre nosotros, contar anécdotas para pasar el mal sabor de boca. Anocheció y Ana se fue a su casa, me dirigí a mi cuarto dispuesta a terminar con este día, en mi preciosa cama, en eso suena mi celular, lo tomo y veo en la pantalla 20 mensajes de Sebastián, 6 llamadas perdidas de Sebastián, mierda, con todo lo que había pasado me olvide por completo de él, me di pequeños golpes en la cabeza por olvidarme de él, dudo un poco en si llamarlo o no y cuando me decido a hacerlo, suena mi celular, me dio miedo ver quien era, dudo un segundo y al mirar no puedo evitar echar un suspiro de alivio, era mi madre, contesto, hablamos por un rato y luego cuelgo.

Me dirijo a la cocina, me preparo un delicioso café, en eso suena mi celular, lo tomo y contesto.

-Halo ¿sí?

-Amor… ¿Qué sucede porque no me contestas?- joder, es sebastian, pobre se le nota la preocupación en la voz.

-Aaa… - no lograba articular las palabras, cálmate, me repito mentalmente.

-Amor, dime algo por favor, no me digas que cambiaste de opinión.- su voz era desesperante tanto que solo quería que se callara.

-No, no, no es nada de eso, solo un pequeño problema y ya, perdón por no contestar si.- no pude evitar soltar un suspiro cuando por fin logre decir algo.

Nos quedamos horas conversando, ya eran las 11:30 pm y estaba muy cansada así que me despedí de Sebastián y apague mi celular. Me hecho en sima de mi cama y en un instante me quedo dormida.


Capitulo 3

A la mañana siguiente Sebastián aparece a las 8 de la mañana en mi casa para salir, así que me cambio lo más rápido posible me pongo un vestido bien ligero pero divertido que me llegaba hasta las rodillas, me cepillo el cabello, me lavo el rostro, me arreglo un poco y me hecho brillo a los labios, me dirijo a la puerta y me voy con Sebas.

Fuimos a un lugar muy hermoso, conocido como el bosque encantado, vimos todos los animales, para mi eran hermosos, bueno a mí me encantan, también había un lago que estaba justo a los pies del sol, ahí se podría contemplar el mejor de los atardeceres y mejor aún  al lado de la persona que amo, fue uno de los mejores momentos de mi vida.

Lastimosamente aquel momento no duro demasiado, comenzó a sonar el celular de Sebas y se fue a otro lado a contestar y lo único que podía pensar en ¿Quién era? O si ¿algo había pasado?

Me preocupe porque sebas no regresaba entonces me pare, me despedí de la hermosa vista y me dirijo adonde se encontraba sebas. Quien diría que en tan solo unos segundos aquella hermosa vista seria lo último que me sacaría una sonrisa, miro a sebas y mi corazón se va partiendo en mil pedazos, aquel árbol era testigo de lo más  cruel de todas las cosas que me podían pasar.


Él estaba ahí besando a una… las palabras que en ese momento pensé de ella, eran injustas, porque ella no tenía la culpa, quien sabe de qué manera había caído en las garras de ese maldito cabrón, lastimosamente no podía hacer nada, me quede completamente paralizada por aquella escena y mientras los miraba sentía como las lágrimas caían por mis mejillas, sentía que me desmoronaba, sentía a mi corazón partirse y derrumbarse. No podía más con aquella escena…

-SEBASTIAN!!!- grite con todas las fuerzas que me quedaban, pero mas con el odio y el dolor que sentía.

-Emma.- Volteo a verme, su cara pareciera como si hubiera visto un fantasma, llena de miedo, note que no sabía qué hacer ni que decir.

-¿Por qué ? – las lágrimas inundaban mi rostro.

- No, no es lo que parece, déjame explicarte.

-No! – que me iba a explicar, como que no era lo que parecía, quería que se callara, quería golpearlo y salir huyendo de ahí, pero no, esta vez no, yo sabía que si me iba seguiría en la misma tortura. 

-ESTO SE ACABO!! Lo entiendes SE ACABO! – sentí un dolor enorme al pronunciar cada palabra pero también sentía un alivio al decirlo, tenia una mezcla se sentimientos que en cualquier momento pareciera que me desmoronara justo ahí y sobre todo antes de que el dijera algo, salí huyendo de aquel lugar, no podía mas, no sabía ¿Cuánto tiempo más iba a aguantar estar en pie? Quería llegar lo más rápido a casa, encerrarme en mi cuarto y llorar hasta no poder más.

Al llegar a casa trate de entrar lo más rápido posible para ir directo a mi habitación, pero al entrar me choco con mi hermano, quien por el tono de su voz diría que me veía muy mal, preocupado me pregunta ¿Qué paso? Y ese fue mi limite, lo abrace lo más fuerte posible y me puse llorar en su hombro, ya no podía más, no hubiera querido que me viese así, pero no pude aguantar más. Nos dirigimos a la terraza, mi hermano prepara un delicioso chocolate caliente, en él se notaba su preocupación, se sienta a mi lado y siento que se asoma la conversación mas difícil, sobre todo porque yo tenia que explicarle algo que no quiero recordar.


-          Estas más tranquila. –sus palabras eran dulces, me hacían sentir mejor y protegida. 

- Mm… algo.- me sentía más tranquila al lado de mi hermano, pero sabía que tenía que contarle lo que paso, desearía no hacerlo y irme a dormir por una eternidad, pero no puedo seguir escapando.

- Entonces ¿Qué fue lo que paso? – su mirada era atenta y curiosa, estaba muy serio tanto que me sentía en la obligación de contarle lo sucedido.

Capitulo 4

 Me tome mi tiempo para contarle absolutamente todo,  desde el inicio al final, le conté mis dudas, mis confusiones, peleas, en fin todo, bueno con mi hermano a medida que le contaba la historia, nos reímos en ciertos momentos, nos alteramos ósea lo normal, hasta que le conté la razón por la que entre llorando a la casa y fue en un instante que sus ojos se tornaron a pura furia.


-          ¿Qué te hiso que?!! – estaba furioso tanto que se levantó del sillón prácticamente de un brinco.

-          Lo que escuchaste, beso a alguien más.- trate de que mis palabras fueran serenas para que él se tranquilizara, pero era algo tonto intentarlo, después de todo hasta yo estaba molesta.

-          Ese maldito bastardo, pero te juro que me las va a pagar. – caminaba de un lado a otro, sus manos formaban puños, tanto que daba miedo.

-          Te quieres calmar, no tienes que hacer nada. – quería que se tranquilizara y a pesar de todas las ganas que tenia de que fuera y le partiera la cara, sabía que no era lo correcto, (bien Emma salvale la vida al maldito bastardo, espero que el día de mi juicio divino tengan en cuenta esto dios), ademas mi hermano se podía meter en problemas y  no se trataba de eso.

-          Que me calme!! Como me voy a calmar sabiendo que un idiota le quiso ver la cara a mi hermanita, pero de eso me encargo, tu no te preocupes.

En eso suena el timbre, era lo último que me faltaba que alguien viniera en el momento más inoportuno.

Me dirijo a la puerta y al abrir, me quedo sorprendida al ver a Karen a fuera de mi casa, se la notaba preocupada, la invito a pasar y pregunto:

-          Karen ¿Qué paso?

-      Pues… veras, Sebastián fue a mi casa, ¡entro como un loco!

-          Pero, porque como así

-          Entro buscándote, y aunque le decía que no estabas seguía buscándote

-           No lo puedo creer

-          Pues créelo, ahora dime ¿Qué paso?

-          No nada.

-          Como que nada, no creo que de la nada entre un loco maníaco a mi casa buscándote

-          Pues quien sabe no ¿? – me eché a reír con aquella cosa que dijo, no era un loco maníaco aunque lo parecía.

-          Yaa!! Dime ¿Qué paso? 

-           Pues… ter … te… -me costaba decirlo estaba nerviosa, aquella palabra me ponía mal

-          TER!!! ¿Qué?!!!!

-          TERMINAMOS- lo había dicho, no pude evitar soltar un suspiro de todo el alivio que sentía en ese momento.

Karen abrió unos ojos como platos, creo que estaba más sorprendida que yo, pues quien no, me da gracia la expresión de su cara. Tanto que no podía evitar reírme de ella.

 

Nos quedamos horas conversando, hasta la media noche en que se fue de mi casa, claro que no se fue sola si no con su hermano, que había venido por ella, después de lo ocurrido en su casa.

Capitulo 5 

Paso una semana desde mi ruptura con Sebastian, después de aquella semana, que a mi parecer fue eterna, me sentía tan sola a pesar de que mis amigos estuvieron conmigo, tenia ese dolor en el corazón que aun desgarraba, no tanto como en aquella ocacion pero aun así dolía.
Sebastian comenzó a hacerme detalles y cosas muy hermosas para que regresara con el, sus amigos también iban a mi casa a tratar de convencerme de que le diera otra oportunidad pero no podía, por un lado tenia a mis amigos que me decían que no volviera con el y por otro lado los amigos de Sebastian me decían que si que después de todo el tiempo que estuvimos juntos aun nos merecíamos una oportunidad, estaba muy confundida como para poder pensar las cosas claramente, talvez el tiempo me de las respuestas, así que es mejor eso que torturarme con la idea de si hice lo correcto.


Pasaron un par de meses desde que terminamos, yo salia con mis amigas, me divertía estar con ellas, se que intentaban ayudarme, tanto que me hicieron varias citas a ciegas, no me quejo eran chicos muy lindos, y agradables. En todo ese tiempo estuvieron insistiendo me a realizar un viaje, claro que al principio me negué, pero después de tanta insistencia accedí, me fui de viaje con ellas y la pase genial, pero mientras to estaba ahí, por medio de mi celular existía otra realidad, un arma de doble filo, eso es lo que es la maldita tecnología, pues cada cosa, cada cita, todo lo que yo hacia, se llegaba a enterar Sebastian, y yo no quería eso, tampoco quería lastimarlo y se que indirectamente lo estaba haciendo.

Sebastian estaba mal, se había refugiado en el alcohol, ya no comía, recuerdo la vez en que me dijeron que se había encerrado en su cuarto, me contaron que no deja de gritar y maldecir, también que lo escucharon decir mi nombre y eso me rompió el corazón. 


Un día mientras caminaba con karen, ya no recuerdo muy bien a donde nos dirigíamos, pero ese mismo lo volví a ver, parecía que estuviera enfermo, tenia heridas y cortes alrededor de las manos, y como si todo pasara en cámara lenta, nuestras miradas se cruzaron, me quede helada y empece a sentir un dolor en el pecho insoportable, dolía demasiado, el corrió hacia mi, se quedo enfrente mio, intento tocar mi rostro y entonces sus ojos se llenaron de lagrimas, lo único que me dijo fue perdón y se marcho, no hice nada, no, no pude hacer nada, solo me quede ahí parada, no podía sacar esa imagen de mi cabeza, se repetía cada segundo, cada vez mas rápido, yo pensé que todo lo que me habían dicho de el era un invento o probablemente estaban exagerando, pero a decir verdad se quedaron cortos, el estaba peor de lo que me habían dicho, mucho peor.



Había algo mucho peor que eso y era... yo. Si yo, me encontraba peor a pesar de que yo demostrara lo contrario, cada noche era una tortura, me pasaba horas leyendo todo acerca de Sebastian, todo lo que le ocurría, así como recordar todo lo bonito de nuestra historia juntos, así cada noche, me quedaba dormida después de las largas horas llorando mientras recordaba todo.

Y así un 19 de noviembre, me llamo para poder hablar, accedí a verlo por ultima vez, así que acordamos vernos en el MWL, un edifico de arte, que era bellisimo, de alrededor de unos 6 pisos. Era de noche cuando me dirigía hacia a aquel lugar, en uno de los cruces, lo vi, pero el no a mi, se encontraba muy nervioso pero visiblemente estaba mejor, note que estaba acompañado de alguien mas, era una chica, que desde mi punto de vista pareciera que le daba ánimos, pero el no le hacia caso, pareciera que la ignoraba, al acercarme un poco mas, pude reconocer a la chica, era Ana, en todo el tiempo de la ruptura, ella estaba desaparecida, pues no sabia casi nada de ella, eran muy pocas veces en las que la veía, y ahora entendía el porque, así que solo sonreí y seguí mi camino hasta el edificio, llevaba conmigo una pequeña mochila, donde llevaba todos los recuerdos que jamas podría olvidar. 

Capitulo 6

Mientras caminaba recordé la primera semana cuando conocí a Sebastian, fue muy gracioso porque Ana y yo nos habíamos enamorado de el mismo chico, aunque fui yo quien termino en una relación con el, Ana jamas se enojo y siempre me dio su apoyo, fue en ese momento que decidí que era su turno, ella seria lo mejor para el. Cuando llego al edificio, subo a la terraza por el ascensor, al llegar, mis ojos contemplaban la mas hermosa de todas las noches, un cielo despejado, con un azul tan profundo e intenso, la luna llena como la principal atracción. En cualquier momento llegaría Sebastian, lo conocía tan bien que la única razón por la que demoraba era porque estaba repleto de dudas, pero yo estaba aquí para aclarar cada una de sus dudas, me siento en el pequeño muro que estaba debajo del borde del edificio, se que a muchos les da miedo pero a mi no, tome mi mochila y saque las fotos, las cartas que se encontraban dentro, mientras las leía y observaba cada fotografía, las iba arrojando al vació, mis lagrimas comenzaban a caer sobre mis mejillas, cuando saque la ultima foto, aquella que era de nuestro primer beso, en el momento que la solté y la vi caer, me desespere y quise recuperarla, me asome al borde en un intento de alcanzarla pero no lo logre, solo pude observar como caía, esa escena me rompió el corazón del tal manera que sentía que ya no tenia uno.


Me senté en el borde para contemplar toda la caída de la foto, cierro lo ojos durante unos segundos, saco mi diario y un bolígrafo de la mochila y comienzo a escribir todo lo que había pasado, como hice siempre. Al terminar le escribí una pequeña nota.

"A pesar de todo lo que hemos pasado, se que no podemos continuar de esta manera, no quiero que sufras y ya no quiero sufrir, todo lo que hice no a sido mas que una farsa, la verdad es que esto duele mucho, tanto que no puedo soportar la idea de verte con alguien mas, tampoco te he podido olvidar, quisiera estar contigo siempre, pero ya entendí que lo nuestro no puede ser, déjame decirte que todo ha sido una...Dulce tortura"

Dejo la mochila y mi diario en la grada del edificio, me levanto, y dirijo mi mirada al cielo, talvez Dios o alguien escuche lo que tengo que decir, por favor que se olvide de mi y sea feliz, se que la razón por la que aun no llega es porque sus dudas son mas fuertes que el mismo, quisiera poder decirle que no importa todo lo malo que pase, no importa si tenemos miles de dudas, siempre habrá una solución, y que es mejor hacer lo que sentimos, a no hacerlo y luego arrepentirnos, que es mejor disculparse antes de que sea tarde, que es mejor afrontar nuestros problemas y sonreír, a pensar que no podemos, pues no hay nada que no se pueda logar, si es un buen consejo, pero nadie escucha sus propios consejos.

Cierro los ojos y doy un paso adelante.

Fin



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